¿Cómo se enclava y desenclava un cañón?

Por enclavar un cañón, se entiende la acción que consistía en introducir a golpe de maza o martillo un clavo en el fogón. Esto permitía inutilizar las piezas al incomunicar esta zona donde se localizaba la pólvora con el interior del ánima.

Los cañones se solían enclavar por dos causas: la primera de ellas cuando se capturaba alguna pieza al enemigo y esta, por cualquier causa, no se podía transportar para beneficiarse de su uso, y por tanto se enclavaban para que el enemigo tampoco las pudiera usar si eran recuperadas. La segunda causa se daba cuando se debía abandonar algún puesto o embarcación con artillería que no pudiera ser retirada.

Ante la primera causa ya mencionada, para enclavar los cañones al enemigo, se llevan unos clavos largos de acero con redientes arponados, los cuales al introducirlos por el fogón de las piezas a fuertes golpes de martillo inutilizaba la pieza, y si el enemigo quería retirar este clavo tenía que abrir el fogón.

Fogón

Fogón de cañón (fotografía: armamentonaval.worpress.com)

El segundo respecto tiene dos objetos: el primero se produce si se abandona la artillería sin esperanza de recuperarla con brevedad. El segundo se da en lugares donde el enemigo no puede  actuar y posteriormente se consigan recuperar. En el primer caso se enclava con los calvos de acero, como se ha dicho; y en el segundo bastará introducirles por el fogón unos de hierro sin arpones para que embaracen un tiempo el uso de las piezas.

Si se tuvieran que abandonar rápidamente los cañones por cualquier causa, o no se tuviesen  clavos a mano para tal efecto, se procederá a quitar el taco a las balas, introducirlas por el ánima,  y  acuñarlas a través del fogón con las chavetas de las sobremuñoneras para que, si el enemigo le da fuego a los cañones, revienten las piezas.

Para desenclavar un cañón se corta primeramente la parte del clavo que sobresale de la pieza, dejando de esta forma una oquedad en el fogón a través de la cual se verterán unas gotas de vinagre de yema, o de agua fuerte, a fin de que se infiltren por las pequeñas cavidades que puedan existir entre el fogón y el clavo, favoreciendo de esta forma la eliminación de la herrumbre. A continuación se cargará la pieza con pólvora (tanto si el clavo se apoya o no en un taco de madera) y se dará fuego por la boca del cañón, y si tras realizar tres disparos no se produce ninguna reacción, será preciso mediante el empleo de fuego, destemplar el clavo para emplear sobre este un taladro. Si todas estas medidas fracasan, y como último remedio, se le abrirá otro fogón inmediato al enclavado para rehabilitar la pieza. En los cañones de bronce se puede hacer un grano a las piezas.

grano en una pieza de artillería de bronce

Grano incorporado a un cañón de bronce que tenía muy desgastado el fogón. (Fotografía: armamentonaval.worpress.com

Fuentes:

–          Compendio de Artillería, para el Servicio de la Marina. 1754.

–          GARCÍA –TORRALBA PÉREZ, E. La Artillería Naval Española en el siglo XVIII. Ministerio de Defensa. 2010.