Los orígenes de la Escuela de Artillería de Sevilla. Formación y adiestramiento

La primera noticia que se tiene a día de hoy del empleo de la Artillería a bordo de un buque se remonta al año 1.359. Fue una nave de la Corona de Aragón que se encontraba en el puerto de Barcelona la que hizo dos disparos contra una escuadra castellana mandada por el Rey Pedro “el Cruel”, dentro de la Guerra de los dos Pedros.

Las naves españolas que combatieron en La Rochela en 1.371 (dentro de la guerra de los 100 años) usaron artillería. También en el año 1.372, concretamente entre los días 23 y 24 de junio, una escuadra castellana comandada por el Almirante Ambrosio Bocanegra, derrotó a la inglesa liderada por Lord Pembroke. En esta batalla apareció el cañón como arma naval propiamente dicha.

Batalla de La Rochela.

Batalla naval de La Rochela

Las naos de la Marina de Aragón llevaban, a finales del siglo XIV e inicios del XV, de una a cuatro bombardas. La galera Real de Alfonso V (1.418), dos bombardas con diez proyectiles por pieza. En 1.566, la galera Real en que hizo su viaje a Nápoles el Rey Don Fernando, una bombarda, dos cerbatanas y un pasavolante.

Representación heráldica de Alfonso V de Aragón.

Representación heráldica de Alfonso V de Aragón.

Los que servían este tipo de piezas hasta mediados del siglo XVI eran artilleros de tierra, la gran mayoría extranjeros. Posteriormente pasaron a formarse a la Escuela de la Casa de Contratación de Sevilla, pero siempre era personal que nada tenía que ver con los marineros.

No hay constancia de que en el primer viaje que realizó Cristóbal Colón en 1.492 hubiese entre su dotación algún artillero, pero si se sabía que llevaban este tipo de piezas. El 12 de octubre Colón destacó en su diario de Navegación que “la carabela Pinta tiró una bombarda por señal de tierra y levantó bandera en el tope de su mástil”. A su vez al iniciar el viaje de regreso se sabe que dejó en el Fuerte de Navidad, fortaleza de nueva construcción, mucha artillería, pólvora y pertrechos.

Bombarda del siglo XV.

Bombarda del siglo XV. Fotografía del autor.

Durante el siglo XVI hace su aparición el bronce en la fabricación de artillería. Ahora estas piezas se empiezan a clasificar según el peso de su proyectil en libras y su longitud en calibres. También aumentan las expediciones a América, por lo que los peligros también se multiplican a consecuencia de la presencia de piratas y otros individuos. Se estableció por tanto el viaje en conserva  y la Casa de Contratación llevó a cabo otra serie de medidas para fomentar esa protección en los buques ante posibles ataques.

Másculo de bombarda. Fotografía del autor.

Másculo de bombarda. Fotografía del autor.

La Casa de Contratación empezó a suministrar a las naves artillería, pertrechos y personal para su manejo, pero no será hasta el año 1.575 cuando instaure una Escuela en Sevilla para formar artilleros cualificados. Un año después se creó el cargo de Artillero Mayor que debía encargarse de la Escuela, de la adquisición de artillería, pertrechos, pólvora y demás útiles. La duración del curso que recibía un alumno en este centro era de dos meses.

Vista de la ciudad de Sevilla en el siglo XVI. Obra de Alonso Sánchez Coello.

Vista de la ciudad de Sevilla en el siglo XVI. Obra de Alonso Sánchez Coello.

El éxito de la Escuela fue tal que en 1.577 se propuso al Rey que en ella se formasen no sólo los artilleros de mar, sino también los que se iban a destinar a los Ejércitos y Plazas, al objeto de tener mayor número de artilleros españoles y evitar traerlos del extranjero. En 1.607 se ordenó por Real Cédula que la jurisdicción de la Artillería pasase de la Casa de Contratación al Capitán General de la Artillería de España.

Galeón español abriendo fuego. Fotografía del autor. Palacio de don Álvaro de Bazán. (Viso del Marqués, Ciudad Real).

Galeón español abriendo fuego. Fotografía del autor. Palacio de don Álvaro de Bazán. (Viso del Marqués, Ciudad Real).

Fuentes:

–          ACEDO CERDA, M. (1967): Real Cuerpo de Artillería de la Armada. Madrid: Editorial Naval.

–          SALAZAR, L. M. (1888): Juicio crítico de la Marina Militar de España. Ferrol.

–          VIGODET Y GARNICA, C. (1847): Nueva Artillería Naval y de Costa. Madrid: Imprenta Corrales.